¿Por qué necesitará uno que lo serio llame a la puerta para ser resignado y sencillo? Este pregunta la escrite la escritora venezolana Ana Teresa de la Parra en una carta a un amigo, y lo "serio" hace referencia a su diagnóstico de tuberculosis.
Si bien en un "espíritu cristiano", como ella misma escribe en la carta, la resignación y la sencilles fueron una entrega a un proceso que inadvertidamente le permitieron "ser la que es".
No podremos nunca saber a ciencia cierta qué es lo que hace que algunas personas, al confrontarse con siatuaciones extremas, finalmente son capaces de verse a sí mismas en lo que realmente son. Y digo "algunas personas" porque no todas las personas asumen tal mirada ante circunstancias adversas.
En cualquier caso, mediante las vivencias que ciertas personas han tenido y las decisiones que han tomado posteriormente, podemos volver a mirar lo que hemos pasado por alto personal y colectivamente, y ser lo que en escencia somos, sin el velo cegador de las creencias culturales y los hábitos que a partir de éstas desarrollamos y que nos alejan de nuestras verdades más íntimas.
Un ejemplo de esto lo veo en el documental The Present, en el que Dimitri, quien tras un estudio genético descubre que tiene el gen de la enfermedad de Huntington, y decide embarcarse en un viaje que no solo lo hace encontrarse consigo mismo, sino con la vida toda.
No todos estamos para gestos grandiosos como el de Dimitri, pero podemos, en nuestras vidas, conocer quienes somos en esencia y escuchar a lo que estamos siendo invitados por nuestra propia interioridad.
Para mi, "todos los caminos conducen a Roma": estar con otros, sentir a otros y reaprender a convivir.